En el día de hoy ha tenido cristiana sepultura, nuestro
querido amigo Juan Velázquez Sánchez,
para todos sus amigos y compañeros “Juanito”.
Mas que las palabras en un día como este, lo que afloran son
sentimientos hacia tan especial persona para la cual no encontrare palabras
suficientes para referirme a él, ni hoy ni nunca.
Por supuesto que no voy a reflexionar sobre su trayectoria
como compositor, del cual ya la historia le rendirá sus cuentas.
En un día como hoy, solo puedo acordarme del amigo tan
sumamente sensible con tantos aspectos de la vida, ya no solo de la música,
sino de su familia, de sus amigos, de su profesión, de sus convicciones
religiosas… y así un larguísimo etc.
Sobre su biografía y producción musical, ya tenemos muchas páginas
donde poder consultar el listado de sus marchas así como de su trayectoria como
profesional de la música con muchísimas horas de experiencia, algo que es difícil de plasmar en ningún documento.
Juan era una persona
totalmente humilde y celosa de su profesión. Los que tuvimos la suerte de
trabajar con él y de compartir tantas y tantas anécdotas como Juan tenia, para
cualquiera con el que él se sintiera a gusto son innumerables.
Se nos ha ido una gran persona, un gran músico y una de las
personas que más conocía de la historia de la música sevillana. Juan a pesar de
su edad y sus achaques, la memoria no le fallaba, si a ello le sumamos que se
codeo con todas las personalidades de la música del siglo XX, el resultado era
una verdadera enciclopedia de la música sevillana, pero no solo de la música de
Semana Santa, sino de la música culta y de la música popular, desde la copla al
flamenco.
Juan que como muchos conocerán, empezó de manos de su padre
y su querido hermano Pepe, en la banda de Guillena, después de tocar por muchos
pueblos y ferias, y una vez ya en el ayuntamiento de Sevilla la mayor parte de su jornada laboral, que como
la de muchísimos músicos de su época era de casi veinte horas al día, e incluso
algunos días más, transcurría por la mañana en la Banda Municipal de Sevilla,
que por cierto en aquella época no se denominaba “Sinfonica”, a pesar de contar
con mucha más cuerda que en la actualidad, así como una plantilla más numerosa,
e interpretando también un repertorio tan sinfónico como el de ahora.
Después había ensayo de orquesta Bética o de la Filarmónica
como siempre le han dicho los músicos de aquellos tiempos. Llegaba la hora de
cenar rápidamente, y entrar en el cabaret o sala de fiesta para tocar
hasta altas horas de la madrugá. "Viña Blanca" en el caso de Juan.
A todo esto hay que sumar que Juan perteneció a la Orquesta
de la S.I. Catedral por 48 años, prácticamente hasta hace unos años, incluso
jubilado de la Banda Municipal, y porque ya su salud no se lo permitía.
Por si fuera poco, Juan también acudía a tocar el órgano a
su parroquia de la Oliva, e incluso cuando se lo solicitaba algún amigo se
desplazaba para amenizar una boda u otro evento.
Era muy difícil escucharle a Juan un No por respuesta, siempre intentaba ayudar como fuera o fuese.
En el mundo de la música de capilla, también Juan ha sido un
eslabón muy importante, no limitándose solo a sus composiciones, como “Amparo
de nuestras Almas”, “Santo Cristo de Burgos”, “Que triste cautiverio”, “Salud
de Montesion”…
Juan también nos dejo como intérprete por ejemplo el primer
disco exclusivo de música de capilla, formando pareja con Fulgencio Morón.
Precisamente la última vez que tuve la ocasión de hablar con
él, el mes pasado, me hablo de hacerme llegar su reciente composición, dedicada
al Cautivo de Santa Genoveva, de la cual estaba muy contento con la acogida que
había tenido por parte de la Hermandad.
Bueno podría escribir páginas y páginas sobre las anécdotas vividas
o escuchadas con atención a Juan…pero hoy solo nos queda el consuelo de que
Juan, tan religioso y creyente como era,
seguro que ya estará sentado formando
parte de esa gran orquesta celestial, dispuesto para acompañar a los ángeles y
honrando a Dios, en el cielo, como lo hizo en la tierra, con su música.
Vaya desde aquí nuestro más sentido pésame a su familia, a
sus grandes amigos, así como a todas
aquellas personas que sentían algo
especial por tan sensible y cariñosa persona, y que igual que nosotros lo
echaremos mucho de menos, y por supuesto siempre estará presente de alguna
manera entre nosotros.
“Juan, sabíamos que a
ti te gustaba llegar siempre el primero y con tiempo de antelación a todas
partes….pero hombre el cielo podía esperar”
hasta siempre mucho mas que amigo...
PD; En la foto superior aparece Juan con el clarinete, Manuel Perez Caballero, con el trombon, Isidoro Jimenez, flauta, Joaquin Garcia Castilla, trompa y Cayetano Sanchez, fagot.
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