jueves, 20 de agosto de 2020

CUANDO LA PENA NOS ALCANZA......

 


En el día de hoy se cumple un mes desde que nos dejara nuestro amigo, compañero y hermano para muchos de nosotros, Ricardo Balaguer Ibáñez.

A pesar de haber transcurrido un mes, me es sumamente difícil escribir estas notas en reconocimiento de un gran amigo, de una maravillosa persona y de un verdadero maestro. Por ello empezare por la letra de ese himno que tantas veces interpretamos juntos.

“Cuando la pena nos alcanza por un hermano perdido, cuando el adiós dolorido busca en la Fe su esperanza, en tu palabra confiamos con la certeza que tu ya le has devuelto a la vida, ya le has llevado a la luz”

Ricardo Balaguer aterrizo en Sevilla a finales de los años 80, procedente de su Benaguacil (Valencia) natal y de haber ingresado en el Ejercito en la Banda del Aire de San Javier, convirtiéndose en el primer suboficial FAGOT destinado en la legendaria banda del Soria 9.

Desde entonces igualmente se integra en un genero totalmente novedoso para él, como fue la música de capilla, llegando a ser uno de los miembros más activos y solicitados por aquella época y dada la escasez de fagotistas que habia, ya no solo en Sevilla, sino en toda Andalucía.

La llegada de Ricardo supuso entre otras muchísimas cosas, el poder reunir una capilla musical formada íntegramente por miembros de Soria 9. Al principio forma capilla con  Pozo y  Ramos, posteriormente con otros clarinetistas como  Sirex, Blas o Moises, así hasta el trío con Tur y Porras.

Pero con quien más veces ha formado trío de capilla ha sido con sus inseparables Nuria y Diana, siendo de las pocas capillas que iban con dos oboes y fagot recorriendo la geografía nacional.

Dentro del mundo de la música de capilla se le debe mucho a Balaguer, porque él fue uno de los  primeros en facilitar el repertorio, a muchos alumnos y amigos suyos, para que se pudiesen cumplir todos los compromisos o eventos programados, era tan buena persona que era incapaz de decir no.

También dio a conocer repertorio y autores que hasta ese momento habían pasado desapercibidos.

Si nos referimos al Fagot, también le debemos muchísimo a Ricardo. Él fue el primero que trajo a Sevilla cómo hacer cañas, pues hasta entonces lo normal era comprarlas hechas. Fue el primero en traer una tabla de posiciones pedagógica…..y así muchas, muchas cosas que tantos alumnos suyos nos hemos beneficiado de sus conocimientos y habilidades.

Su labor pedagógica empezó mucho antes de marcharse en excedencia a la Junta de Andalucía, en 2003 donde ha ejercido en Conservatorios como Lucena, La Linea, Sevilla o Huelva.

El comenzó una encomiable labor en la Banda de las Cigarreras y en la escuela de música de Guillena, de donde hoy podemos contar con destacados instrumentistas y docentes que han salido de su magisterio y que también son activos miembros de grupos de capilla.

Aunque estos últimos años estaba dedicado a la docencia, podemos decir que fue algo involuntario, pues por motivos logísticos la vacante de fagot en Soria 9 la quitaron, por lo cual era inminente su destino a una banda de las de Madrid, y para no abandonar su Sevilla y Santa Aurelia de adopción, no tuvo mas remedio que dedicarse a la docencia, pero él siempre decía que lo que a él le gustaba era tocar.

Ricardo también fue el sustituto o el reemplazo de músicos como Alfonso Sánchez, Rafael Rando o incluso Paulina, pues era el único profesional con el que contar por aquellos tiempos, hasta que se formo la Orquesta Sinfónica de Sevilla, con lo cual ya llegaron algunos mas. 

Fue miembro también de la Orquesta Bética, aproximadamente desde mediado de los años 90.

Como persona, destacar su alegría, su humildad, su sencillez, ese querer siempre invitar…… tantas y tantas que me sería imposible de enumerar sin dejarme alguna detrás.

Fue un gran compañero, amigo de mandos y suboficiales, admirado y querido por toda la tropa, por su cercanía y humanidad, han sido muchos años de compartir y convivir con él innumerables anécdotas y vivencias por las cuales nunca podremos olvidarle.

Por todo ello, "Ricardo haya donde estés tus amigos no te olvidaremos nunca, pues siempre nos distes motivos y buenos ratos para tenerte siempre presente".

No quiero terminar estas palabras sin dejar de transmitirle el más sentido y sincero pésame a toda su familia, así como el dolor por no haber podido estar junto a ellos durante este duro momento y por no haber podido despedir a nuestro “Bala” como él se merecía.

Un abrazo muy fuerte para todos; Nuria, Adrian, Roció, sus hermanos y demas familia….sus grandes amigos Vicente, Chilla, Gerardo, Nicasio, Paco, Antonio, Pardillo, Hinojos, Curro, Navarro, Diana, Nuria…….y tantos cuanto lo quisimos.

Tus colegas y amigos de la Capilla musical Trivium y en especial tu querido Cayetano.


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